Como persona de éxito que eres debes procurar conocer el conjunto de reglas, leyes o estructura que constituyen cada grupo social en el que participas (familia, trabajo, comunidad religiosa, escuela…entre otros) para organizar tus actuaciones de forma tal que acojas el conjunto de reglas y normas y te dispongas a cumplir y a complementar el orden preestablecido con lealtad.
¿Cómo integramos orden, limpieza y control en nuestra higiene personal
y la de otros que nos rodean?
Siendo honrado.
Siguiendo las normas morales para conservarnos limpios de culpa.
Quitando todo lo que te estorba o no sirve para lograr el objetivo que persigues.
Actuando con destrezas, perfección, precisión y honradez.
Obrando con limpieza en todo momento.
¿Qué debo hacer como dirigente que soy?
Comprobar, inspeccionar e intervenir para regular procedimientos y procesos, primero en mis actuaciones para modelar con el ejemplo y luego contribuyendo con que el prójimo actúe de acuerdo al orden establecido.
Mantener una higiene óptima que garantice la sana convivencia.
Mantener el control de lo que se espera, para que desde estas condiciones poder dar respuestas al prójimo que lo edifiquen y lo fortalezcan por ser producto de nuestras actuaciones ordenadas, limpias y bajo el control del orden divino.
Mantener el orden, limpieza y control de nuestras vidas y de los recursos que manejamos, ayudamos a quienes nos rodean a no cometer errores voluntarios o involuntarios.
Consejos para ganar la guerra contra el desorden:
- Permanece despierto.
- Define el orden que deseas en tu vida.
- Procura conocer las reglas y normas del lugar donde te toque actuar.
- Confronta, actúa y regula el entorno para mantener el orden que predefinas.
- Involucra, anima y supervisa a otros para garantizar el orden y la limpieza.
- Mantén claro qué es lo que quiere lograr.
- Asegúrate de dejar limpio y ordenado tu espacio.
- Que el entorno exprese quién eres.
